Lourdes es un don de Dios; es una inmensa gracia del cariño de Dios hacia todos los hombres.
¿Qué es Lourdes?

Lourdes es una ciudad situada en los Altos Pirineos franceses, muy cerca de España. El 11 de febrero de 1858, era un pueblecito cualquiera, como muchos otros de Francia. Pero ese día el Cielo le cambió el destino y lo convirtió en uno de los mayores lugares de peregrinación religiosa del mundo.

¿Qué pasó allí?

Que ese día la Madre de Dios vino a visitarnos; se hizo visible; se manifestó a una niña, Bernadette Soubirous. Las apariciones de la Virgen en Lourdes son un hecho histórico sobrenatural, reconocido y aprobado por la Iglesia. Desde entonces, todos podemos constatar su presencia por el gran número de gracias y curaciones milagrosas que se han dado allí y se siguen dando.
Por eso a Lourdes van cada año muchos millones de personas de todo el orbe cristiano.

¿Cuál es el mensaje de Lourdes?

La fe nos dice que Dios está muy cerca de nosotros, y Lourdes nos lo confirma. Lourdes es una mano tendida a la tierra desde esa otra dimensión que es el Cielo; es una carta que Dios nos envía para reforzar nuestra fe.
Lourdes nos habla de la alegría y la fortaleza de la cruz, del poder de la oración, de limpieza, de conversión, de la felicidad de ésta y de la otra Vida, para todos.

Lourdes es un lugar ideal para encontrarse con Jesús a través de su Madre; un lugar ideal para aprender a vivir el Evangelio y confraternizar con personas de todo el mundo. En Lourdes, María, la Madre, nos hace sentirnos de verdad, hermanos.

Y ¿qué más?

Lourdes habla especialmente a la mujer. Fue Ella, la Mujer, la que se manifestó a la mujer. Bernadette representa lo más bajo de aquella sociedad: la niña -aún ni siquiera mujer- pobre, despreciada, enferma, ignorante, dependiente… Bernadette es símbolo de la mujer, humillada a través de los siglos.
Esa niña es la escogida por el Cielo en el siglo XIX, el de las Luces, para que levante la cabeza, salga de su abatimiento y hable a las autoridades políticas, religiosas y sociales de su pueblo; para ser ella -la que es nada- la que trasmita el mensaje del Cielo. Ella, “eso” tantos siglos despreciado, será la única mensajera elegida.
Por eso, la mujer, que hace más de 2.000 años está redimida, y aún no se ha enterado, tiene que tomar la antorcha; no puede poner su luz debajo del celemín; ha de ser hacedora de su propio destino y ha de ayudar a muchos otros.

¿Qué hacer en Lourdes?

En Lourdes hay que ir a la Gruta donde María se apareció, para rezarle, porque sigue estando allí. Y pedirle por los enfermos de tu familia, de tu barrio, por los que tienen problemas de cualquier tipo. Y no dejar tampoco de pedir para que Dios nos cure a todos de nuestros pecados personales, enfermedad mucho peor que las del cuerpo.

“En silencio mirarte.
Saber que estás aquí, y que también me miras.
Abrirte el corazón, sinceramente,
Y dejar que tu amor cambie mi vida.”

Lourdes es todo eso y mucho más.

¡Que María de Lourdes, Señora del Gave, nos bendiga y nos acompañe siempre!